El caviar va bien, pero el esturión salvaje
Por Anne Chaon
El esturión salvaje -incluida su preciada variedad beluga- está desde hace 12 años bajo la protección de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), pero la proliferación de su cría para el abastecimiento de caviar no incita a preservarlo en la naturaleza, señalan los expertos.
El jueves por la tarde, la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza (UICN), encargada de la Lista Roja de especies amenazadas, publicó una actualización precisando la situación de 18 especies de esturiones consideradas ahora en "peligro crítico de extinción".
Otras cuatro especies han desaparecido ya del planeta.
La doctora Ellen Pikitch, directora del Instituto Científico para la Conservación de los Océanos de Nueva York y consejera de la UICN, considera que ha llegado la hora de pasarlos al Anexo I de la CITES, es decir, una prohibición total de las exportaciones.
Tal inscripción en el Anexo I "reduciría considerablemente las capturas ilegales y tornaría la vigilancia mucho más simple y eficaz.
Hoy, para los agentes de las aduanas es muy difícil determinar si las cargas son ilegales", explica la doctora Pikitch.
"La CITES no utilizó la autoridad de que disponía", agrega, considerando que "sólo el Anexo I garantizaría una protección a largo plazo, pero incluso así, la recuperación de las reservas llevaría decenios, en el mejor de los casos".
La CITES ha instaurado varias veces una moratoria anual sobre las ventas de caviar salvaje, a falta de acuerdo entre países costeros del Caspio para proponer cuotas, acuerdo al que tampoco han llegado para 2010.
"Nosotros hicimos nuestra trabajo", alega Juan Carlos Vásquez, del secretariado de la CITES.
"Desde hace tres años, autorizamos cuotas cero, y hemos cerrado plataformas de tráfico, en particular en los Emiratos.
Pero éste continúa por otras vías, especialmente en el mercado interno ruso, al que nosotros no tenemos acceso", dice.
Por lo demás, el caviar procedente de criaderos sobrepasa hoy ampliamente la producción del caviar salvaje, señala Vásquez.
"Todo el mundo se volcó (a esa actividad), pero el trabajo de la CITES no es tener tigres en los zoológicos y esturiones en los criaderos, sino mantener las especies vivas en estado salvaje.
Y si los productores se las arreglan con los criaderos, dejan de tener interés en invertir en la conservación", argumenta.
El 'rey del caviar', el francés de origen armenio Armen Petrossian, cuya firma trata del 10 al 15% del mercado mundial, se aprovisiona actualmente "cien por ciento" en criaderos.
"En 1998, la cantidad total mundial de caviar de criadero era de 500 kilos (...).
Diez años después llegaremos a las 300 toneladas", señala Petrossian, que es asimismo presidente de la Asociación Internacional de Importadores de Caviar (ICIA)
Paralelamente, la exportación legal de caviar salvaje pasó de 150-180 toneladas a cero.
Paralelamente, la exportación legal de caviar salvaje pasó de 150-180 toneladas a cero.
"Técnicamente, podemos prescindir del caviar salvaje, pero es un enorme error: el efecto indirecto de la cría ha sido quitar todo interés a la explotación del Caspio", agrega.
En su opinión, "la CITES hubiera actuado mejor preservando un foco de producción controlado para evitar el mercado negro y dar medios financieros a los explotantes locales que ya sólo tienen el mercado negro para sobrevivir".
Pero "el discurso ecologista ha sido muy negativo en este caso
llegamos a suprimir totalmente la producción de caviar salvaje y pese a ello no hemos solucionado el problema del esturión".
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